Había finalizado quinto en el Masters, ganado el U.S. Open y afrontaba la oportunidad de ganar su primer Open Championship en el hogar del golf, el Old Course de St. Andrews. Tiger Woods tenía por entonces veinticuatro años y se dudaba de si juego agresivo estaba preparado para destacar en un links, donde el viento y las ondulaciones provocan más estragos que un rough alto o los grandes árboles protegiendo las calles. Tres grandes en su bolsillo antes de que pegara su primer golpe el jueves en el tee del uno.
Cuatro días después, el número uno del mundo había firmado veintidós birdies y tan solo tres bogeys, uno de ellos el domingo en el 17 y totalmente intrascendente con su gran ventaja a esas alturas de competición. No se había visto un dominio tan perfecto de un Open hasta aquella semana. Sacó ocho golpes de ventaja a los segundos clasificados (Thomas Björn y Ernie Els) y se convirtió en el jugador más joven de la historia en ganar el Grand Slam, superando por dos años a Jack Nicklaus. El vídeo que os adjuntamos resume muy claramente lo que fue aquel campeonato. Nunca parece mal momento para recordar los tiempos del Tigre.
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