José María Olazábal ha elegido una peliaguda piedra de toque para volver a la competición. En un Shaughnessy Golf and Country Club arbolado y con rough estilo US Open, el donostiarra acabó su primera vuelta en el RBC Canadian Open con un resultado de +4, en una nonagésima plaza.
Aun así, el capitán de la Ryder 2012, solventó un buen número compromisos con su habitual magia con el juego corto y se encuentra a un solo golpe del corte después de una primera vuelta que ha recogido el tercer resultado medio más abultado del año en el PGA Tour, tras el Honda Classic y el US Open.
Como líder en Vancouver figura Kris Blanks (-3), que continúa con su buena racha de juego de julio (acabó duodécimo en el John Deere Classic hace quince días, después de comenzar en cabeza), con un golpe de ventaja sobre un amplio grupo en el que destaca la presencia del sudafricano Ernie Els o del canadiense Matt McQuillan, que defiende el pabellón local y que, como Blanks, parece haber reencaminado la temporada desde el torneo patrocinado por la marca de maquinaria agrícola (donde fue tercero).
Rickie Fowler, Lucas Glover y Ben Crane están a dos golpes del líder, mientras que el número 1 del mundo, Luke Donald, comenzó de manera calamitosa con dos doble bogeys en sus cuatro primeros hoyos pero consiguió equilibrar su tarjeta.
Con respecto al numeroso contingente latino, el mejor es el tucumano Andrés Romero con +2, seguido a un golpe por su compatriota Fabián Gómez, a dos por el colombiano Camilo Villegas, a tres por el chileno Hugo León y a cuatro por el mexicano Camarón Rodríguez, el brasileño Alexandre Rocha y el también chileno Benjamín Alvarado.
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