Séptimo torneo de la temporada del Asian Tour y quinto de Carlos Pigem. Poco más se puede decir del plan que tenía el ilerdense para su primer año en el circuito. Jugar todo lo que pueda y asegurar la tarjeta cuanto antes parecía sin duda el camino a seguir, y aunque hasta ahora ha mostrado una gran consistencia podemos encontrarnos ante los primeros signos de fatiga. En el Wack Wack Golf & Country Club (Manila, Filipinas), donde se está disputando el Solaire Open, Carlos firmó una primera vuelta de 78 impactos (mas seis).
Fue un día duro para todos los participantes, según lo que refleja la clasificación. Solo doce hombres consiguieron bajar del par del campo. Pigem tuvo un buen comienzo, compensando un bogey en el 2 con birdies en el 4 y el 5, pero en el 7 firmó un cuádruple bogey que lastraría en gran medida sus opciones de firmar un buen primer resultado. Su tarjeta le sitúa por encima de los cien primeros en la tabla y le deja en una situación delicada para jugar el fin de semana, aunque en ningún caso definitiva.
Ya sucedió en semanas anteriores. En la India, Carlos ya remontó una mala primera vuelta (76 golpes) para finalizar en trigésimo segunda posición el torneo, por lo que no sería extraño que volviera a hacerlo. La asignatura pendiente en lo poco que lleva en el circuito, y siendo muy exigentes con él, es encadenar varias grandes vueltas seguidas que le permitan mejorar su mejor resultado del año, un vigésimo primer puesto en el SAIL-SBI Open. Sin embargo, el ritmo al que viaja Pigem ya es lo suficientemente rápido si tenemos en cuenta que hace unos meses no tenía ni la tarjeta del Asian Tour.
El estadounidense Dodge Kemmer lidera este torneo tras finalizar sus primeros 18 hoyos en 66 impactos (menos seis), que le dan dos de ventaja sobre el tailandés Pawin Ingkhapradit y tres sobre Wen-tang Lin y Mars Pucay.
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