Dos líderes sudafricanos en la última jornada del Joburg Open ha sido siempre sinónimo de victoria segura para los locales. Tanto Thomas Aiken como Justin Walters salieron juntos en el último partido del torneo, o más bien se sufrieron, a juzgar por su despliegue. Lo hemos visto en múltiples ocasiones: cuando ninguno de los primeros clasificados está acostumbrado a luchar por el título corren el riesgo de estorbarse, meterse en una lucha interna por salvar errores o estar a la altura en vez de salir a buscar a los birdies. Tras cinco hoyos disputados en el East Course del Royal Johannesburg & Kensigton Golf Club marchaban al par del campo.
No fue el comienzo soñado por ellos, pero sí por sus perseguidores. Después de contemplar como bajaban cómodamente de los setenta impactos a lo largo de tres jornadas, los favoritos vieron cómo sus rivales cabalgaban por el recorrido desenfrenados, sabedores de que sus esfuerzos podrían no ser siquiera suficientes. Entre ellos se encontraba George Coetzee, otro sudafricano con veinticuatro top 10 a lo largo de su carrera en el European Tour, pero todavía con el casillero de las victorias a cero. Ha luchado por el triunfo con tanta cotidianidad durante las dos últimas temporadas que probablemente pensaría que este domingo sería igual, una ronda en la que lo intenta hasta quedarse a las puertas. Si en algún momento fue así, se equivocó de lleno.
Hay mil formas distintas de ganar un campeonato y, en ocasiones, no tienen tanto que ver con el nivel de juego exhibido, sino con el del resto de jugadores. Coetzee partía con menos trece y los líderes con menos diecisiete, una ventaja lo suficientemente abultada como para descartarle de antemano. Ahora bien, si estos últimos seguían a buen nivel. Aiken firmó el par en sus primeros nueve hoyos, pero subió hasta el más dos en los segundos; Walters, por su parte, se quedó en el más uno. Dos líderes jugando sobre par sí que eran sinónimo de ocasión de oro para Coetzee.
Y lo aprovechó con la misma brillantez que en cualquiera de sus múltiples top 10 en el circuito. No hizo nada descabellado ni excesivamente brillante. George solo desplegó el golf que le ha llevado a ser un talento muy a tener en cuenta durante los próximos años: cogió dieciséis greenes, recuperó fácilmente en los otros dos y acertó a embocar un birdie en seis ocasiones. O lo que es lo mismo: un jugador fiable donde los haya.
“No sé muy bien qué siento”, declaró. “He estado esperando un tiempo para esto y empecé a dudar de si lo conseguiría, por lo que estoy muy feliz”. Walters finalizó segundo con menos dieciséis, empatado con Jin Jeong y Tyrell Hatton. Este último fue el único que se quedó sin una de las tres plazas en juego para el Open Championship, ya que ocupaba el puesto más retrasado del Ranking Mundial entre los cuatro primeros (276º).
Álvaro Quirós realizó una gran última vuelta en el East Course y ascendió hasta la quinta posición con menos quince. Más importante aún, en su caso, es verle entregando cuatro vueltas seguidas por debajo de los setenta impactos. Su 66 del domingo es un signo de buen augurio para un jugador destinado a mirar a las grandes citas. Jorge Campillo fue decimosexto, Adrián Otaegui vigésimo segundo y Eduardo de la Riva cuadragésimo noveno.
Adrián Otaegui Alastair Forsyth Álvaro Quirós Carlos del Moral Charl Schwartzel Craig Lee Darren Fichardt Dawie van der Walt Edoardo Molinari Eduardo de la Riva European Tour George Coetzee James Kingston Joburg Open Jorge Campillo Justin Walters Nacho Elvira Pablo Martín Race to Dubai 2014 Richard Sterne Royal Johannesburg & Kensington Golf Club Thomas Aiken
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