El TPC de Boston no es terreno desconocido para un Charley Hoffman que busca convertirse en el segundo múltiple ganador del torneo, siguiendo los pasos de Vijay Singh en 2004 y 2008. El estadounidense salía victorioso en 2010 gracias a una espectacular última ronda de 62 golpes y en esta edición Hoffman ya ha tomado el rumbo adecuado hacia su segundo Deutsche Bank Championship.
Tras acabar la primera vuelta en segunda posición, Hoffman sacaba el máximo partido a esta segunda ronda firmando una impresionante tarjeta de 63 golpes (-8) para arrebatarle la primera plaza a Brendon de Jonge y acabar con una cómoda ventaja de tres golpes con 36 hoyos por delante.
Nueve birdies por tan solo un error componían la gran tarjeta de un Hoffman que busca en este TPC Boston su segunda victoria de la temporada, tras imponerse en el OHL Classic at Mayakoba, cuando acabó con la sequía de cinco años sin triunfos por la que tuvo que atravesar tras su victoria en el Deutsche Bank Championship de 2010. En aquel entonces, Hoffman llegaba desde atrás y remontaba su desventaja frente a Jason Day y Brandt Snedeker para batirles por tan solo un impacto.
«Hace cinco años fue algo diferente. Venía desde atrás así que no tuve que lidiar con estar en el liderato durante mucho tiempo. Cuando lideras un torneo, me metes mucha presión y obviamente eso es algo que tendré que afrontar esta noche. Simplemente voy a tratar de continuar con lo que estoy haciendo hasta ahora, que es meter muchos putts y coger calles», concluía Hoffman.
En el último torneo con corte de la temporada, 75 jugadores han avanzado al fin de semana con un resultado de +3 o mejor. 75 jugadores entre los que no se encuentra un Jordan Spieth que por primera vez en su carrera falla dos cortes consecutivos, lo que otorga a Jason Day una valiosísima ventaja en la clasificación de la FedEx Cup. Con cuatro rondas consecutivas por encima del par, la incertidumbre se apodera de un Spieth que necesita recomponerse si quiere tener alguna opción de adjudicarse esta edición de la FedEx Cup.
«No sé lo que está sucediendo. Mi juego mental normalmente es una de mis fortalezas, es una cosa que siento que me diferencia del resto, pero estas últimas dos semanas está siendo mi verdadera debilidad», afirmaba un Spieth que, pese a estas dos desastrosas semanas, aún puede ascender al liderato mundial si Jason Day no gana y Rory McIlroy finaliza fuera del top ten, dos premisas que, por el momento, se están cumpliendo.
Deja un comentario