Caroline Hedwall ganó todos los partidos que disputó la semana pasada en la Solheim Cup. Un registro de cinco a cero que nunca se había conseguido en la historia de esta competición hablaba de una jugadora impertérrita, contundente como una maza en sus tiros a green y capaz de definir los partidos con la solvencia de quien acude cada mañana a trabajar. Nunca se había visto a nadie jugar así contra las americanas. Veinticuatro años, cinco victorias en el Ladies European Tour y una confianza que ahora mismo desborda los límites de una presa, la que hasta ahora le había impedido triunfar en Estados Unidos. Los diques están a punto de romperse.
Caroline ha despertado gracias a su despliegue en la Solheim. No es muy complicado explicar cómo entregó una tarjeta de 64 impactos (menos seis) en la tercera jornada del CN Canadian Women’s Open; fue muy similar a lo que aconteció en Colorado. Diez calles, quince greenes y veintisiete putts después, estaba sola en lo más alto de la tabla. Su resultado llegó como un disparo a la competición: bum, Hedwall todavía seguía jugando en match play; jugar por equipos sacaba lo mejor de ella misma.
“Estuve algo cansada el lunes, el martes y el miércoles, pero cuando empezó el torneo me vi llena de energía y confianza por la semana pasada, por lo que ahora no siento nada”, declaró la sueca, como en mitad de un trance. “Me ayudó mucho jugar con Britanny y con Suzann. La dejábamos muy cerca y estábamos metiendo muchos putts”. Ellas también están sintiendo los beneficios de la Solheim. Pettersen firmó 65 impactos y se ha situado segunda, empatada con la niña que el año pasado dejó al mundo boquiabierto, Lydia Ko; mientras que Lincome, tras un 66, se ha situado cuarta con menos ocho, empatada con I.K. Kim.
En su tercera temporada en el LPGA Tour, Caroline afrontará mañana su mejor oportunidad para ganar un torneo. “Estoy deseando que llegué”, declaró. “Será emocionante jugar en el último partido. He ganado antes en Europa y ahora quiero hacerlo aquí”.
Hay trece jugadoras de las que participaron en la Solheim situadas en las veinte primeras posiciones del torneo. Por su despliegue, podría parecer que el Royal Mayfair Golf Club está accesible, lleno de birdies para quien sea capaz de darse una mínima oportunidad. Nada más lejos de la realidad. Inbee Park, la contundente dictadora que controla las manijas del golf femenino entregó un sorprendente resultado de 74 impactos (más cuatro), y pasó de ocupar la primera a la decimoquinta posición. Tres bogeys y un doble bogey tuvieron la culpa. “Todo pareció salir en mi contra”, declaró. “No fueron drives muy malos, pero todos terminaron en el rough, y desde ahí casi no hay opciones. Mis putts no querían entrar. Toqué un montón de bordes de los hoyos. Simplemente fue uno de esos días… Todavía me queda mañana”.
Pero probablemente, no tendrá opciones a seis de la cabeza. La victoria parece ser cosa de las chicas de la Solheim, o puede que de Ko, en busca de una defensa triunfal de su título. “Hice cinco birdies y dos bogeys. Estoy muy contenta en general. Estaba con menos ocho llegando a la última jornada el año pasado, por lo que he mejorado en un golpe. Estoy en buena posición”.
Carlota Ciganda y Belén Mozo son trigésimo segundas con el par, mientras que Azahara Muñoz es cuadragésimo octava con más dos.
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