No hay muchas certezas a las que agarrarse cuando se habla de golf. El mejor del mundo es capaz de perder una semana contra un aspirante o el mismo día en que se cogen todas las calles se comienzan a fallar putts. No deja de ser como cualquier otro deporte, una exposición constante a preguntas accidentales. Por eso, cuando un jugador es capaz de disiparlas por completo y domina un torneo con tanta claridad como Kristoffer Broberg, sabemos que estamos ante un ganador. No parecen importar sus dos victorias en el Challenge Tour durante las últimas semanas o que, en tan solo cinco pruebas, pueda ser capaz de conseguir la tarjeta para el Circuito Europeo. El sueco se enfrenta a cada campeonato con la habilidad de clarificar cualquier interrogante, todas las dudas que atemorizan al resto.
Esta vez sucede en Ginebra. A falta de una jornada para la finalización del Rolex Trophy alguien debe de estar grabando su nombre en el trofeo. Una vuelta de 66 golpes que deja al resto de jugadores mirando la clasificación en silencio, preguntándose si podrían haber hecho algo para remediar esta situación. Alcanza veintitrés impactos bajo par y lidera el campeonato de los birdies con tres de ventaja sobre el surcoreano Sihwan Kim y el danés Joachim Hansen. Comienza el día con un bogey, termina con otro, pero entre medias llegó a restarle diez golpes al Genève Golf Club.
“Ha sido sin lugar a dudas el día que mejor he jugado esta semana, he pegado muy buenos golpes y metido muchos putts”, declaró Broberg. “Obviamente es decepcionante empezar y terminar con bogey pero me he encontrado muy sólido. Tengo la confianza muy alta, por lo que aunque cometa un error sé que puedo recuperarme en el siguiente hoyo. Espero poder llegar a los treinta bajo el par mañana. Sería una forma muy especial de ganar este torneo”.
Uno de los factores que más sorprenden del sueco es que ni el cansancio mental ni el físico parecen estar pasándole factura. Ha competido las tres últimas semanas en tres países distintos y en ningún momento ha dado síntomas de debilidad, a pesar de estar viviendo constantemente situaciones de presión. Es precisamente uno de los problemas que ha señalado Sihwan Kim durante esta tercera jornada. “No soy consciente de cómo he podido jugar bajo par porque mi cuerpo comenzó a apagarse después de seis semanas viajando. Me pasó la última vez que hice lo mismo, y soy consciente de que estoy cerca de mi límite. Espero que la presión del último día sea capaz de revitalizar mi cuerpo, porque me siento muy flojo de cara a la última jornada”.
Carlos Aguilar y Eduardo de la Riva son los únicos españoles compitiendo, después de que Álvaro Velasco se retirara esta mañana. Ambos consiguieron alcanzar la octava posición después de firmar vueltas de 67 y 68 golpes, respectivamente. Es el tercer día consecutivo que ambos bajan de los 70 impactos y tienen ante sí una gran oportunidad de subir puestos en la lista de ganancias del circuito.
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