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Bienvenidos al FedEx Tour

Enrique Soto | 22 de marzo de 2012

“Siempre que se hace un cambio, la naturaleza humana se pregunta: ‘¿Por qué estamos cambiando? Dicen que si no está roto, no lo arregles’ Hay otra forma de ver las cosas: cuando todo marcha bien, es el momento de ir a mejor. Es la filosofía en la que nos apoyamos”. Son las palabras con las que Tim Finchem abrió el pasado martes una rueda de prensa, anunciando los drásticos cambios a los que se verá sometido el PGA Tour a partir del año 2013.

El razonamiento de Finchem es correcto. Es más sencillo hacer cambios y mejorar cuando la situación es favorable que cuando no todo va bien y los recursos son limitados. Sin embargo, si se refiere al Nationwide Tour, no se podría decir que el viento soplara a favor. El fin del patrocinio de esta empresa con el circuito se termina y, en sus palabras, no hay un acuerdo “cercano” con ninguna otra compañía. Existe un problema: revitalizar el segundo circuito de Estados Unidos, y los cambios que se van a adoptar giran en torno a esa necesidad. Hay algo que sí está roto y había que arreglarlo.

La decisión que se ha tomado para revitalizar el Nationwide Tour ha sido la más lógica: buscarle más relevancia e impacto mediático. Si el público conoce más a fondo este circuito, habrá más torneos y, para qué negarlo, más dinero en juego. Para ello es necesario cambiarle la cara, inyectarle una buena dosis de publicidad y hacer que sus jugadores dejen de ser absolutos desconocidos. Esa es la idea que sustenta todos los cambios que entrarán en vigor el próximo año.

Para dar más importancia a este circuito se ha decidido sacrificar la Q-School, y es aquí donde las críticas se han hecho patentes. El que haya dos vías para acceder al PGA Tour quita relevancia a ambas. Si se unifican, existe solo un camino para llegar a lo más alto y resulta más fácil de seguir por parte del público y más fácil de vender a futuros sponsors. ¿Cuál es el problema? Que el golf, a diferencia de las empresas, no siempre sigue el camino más rápido y efectivo. La escuela de clasificación ha sido parte de la historia de este deporte desde que entrara en vigor en 1965 y ha dado lugar a situaciones límite en las que el drama, los nervios y la habilidad de los jugadores se ponía más a prueba que en muchos torneos regulares.

La decisión de relegarla a un plano prácticamente invisible (solo otorga plazas para el Nationwide Tour) levanta ampollas entre los profesionales no sólo por el espectáculo que ofrece, sino también porque lo consideran una vía de acceso legítima al PGA Tour. No todos los jugadores viven en las mismas condiciones ni provienen del mismo país, y la escuela daba la oportunidad a aquellos que no podían vivir en Estados Unidos todo el año o se encontraban estudiando en la universidad. En definitiva, la escuela también cubría una necesidad dentro del golf profesional y su desaparición no supone una mejora, sino una pérdida.

No ha sido el único gran cambio. Ahora el PGA Tour contará sus temporadas de septiembre a septiembre, y no de año en año. La final de la FedEx Cup, junto a las pruebas finales del Nationwide Tour, marcarán el final de las temporadas para, poco tiempo después, dar comienzo a una nueva. ¿A qué responde este cambio? Poco tiene que ver con la desaparición de la Q-School (por mucho que se anuncie en la misma rueda de prensa). El motivo más lógico sería una nueva revitalización de las “Fall Series” y de varios torneos disputados en Asia, que pasarían a sumar puntos para la FedEx Cup y ayudarían a muchos jugadores a empezar el año con mejores opciones de conservar su tarjeta.

El efecto es doble: los torneos de fin de año cobran más importancia (y se venden mejor) y la FedEx Cup gana en relevancia, conformándose como la auténtica referencia en el PGA Tour para salvar o no la tarjeta, es decir, para seguir compitiendo en la élite. En este nuevo sistema, estamos más cerca de un circuito que se mide por puntos FedEx que por las ganancias obtenidas por los jugadores y el futuro, a largo plazo, se antoja incierto. En un deporte que respeta las tradiciones como su verdadero tesoro, el mejor jugador del año podría terminar siendo el “Campeón FedEx”, que ganó el “Torneo Coca-Cola” y el “Rolex Championship”, todo sumergido dentro de un productivo tejido empresarial y que deja muy lejos los tiempos en los que los torneos llevaban el nombre de la ciudad que los albergaba (“San Antonio Open”).

Se elimina la Q-School y se convierte a la FedEx Cup en la vara de medir el rendimiento de los mejores jugadores del mundo. Por un lado suena a progreso pero, ¿es la dirección que el golf quiere tomar? Algunos, como J.B. Holmes (que consiguió en su tarjeta en 2005 a través de la escuela) lo han dejado muy claro: “De la forma en que van organizarlo, ni siquiera hubiera tenido una oportunidad”.

1 comentario a “Bienvenidos al FedEx Tour”

  1. El 23 de marzo de 2012 Bienvenidos al FedEx Tour « Enrique Soto ha dicho:

    […] Publicado en Crónica Golf Compártelo:TwitterFacebookMe gusta:Me gustaSé el primero en decir que te gusta esta post. Publicado: 23/03/2012 Filed Under: Sin categoría Etiquetas: Escuela de clasificación del PGA Tour : Fall Series : FedEx Cup : J.B. Holmes : Nationwide Tour : PGA Tour : Tim Finchem […]

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