Todo profesional que se precie es consciente de que las expectativas de su entorno tienen doble filo: bien enfocadas pueden suponer un gran apoyo; si las cosas se tuercen, agobian y lastran. Pero en ocasiones es más dañina para el jugador su exigencia excesiva a la hora de plantearse objetivos. Eso le sucedió a Ben Martin, que llegó a la temporada en curso pensando que este año tenía que hacerse con dos victorias en el PGA Tour. Después de fallar siete cortes en nueve torneos, le tocó replantearse la situación.
Con el cambio de punto de vista ha llegado el mejor momento para el joven golfista salido de Clemson, tercero en el RBC Heritage la semana pasada y actual líder del Zurich Classic con tres golpes de margen sobre su compatriota Andrew Svoboda, batiendo también por tres golpes el récord de este campo después de 36 hoyos.
Pero no todo fue un camino de rosas para Martin, que empezaba de manera fulgurante con -3 en sus dos primeros hoyos (10 y 11) y terminaba la primera mitad con +3 en el 17 y 18. Aun así, volvió a recuperar el ritmo de birdies en los segundos nueve hoyos para finalizar con esos tres golpes de margen que reflejan el marcador. Y sin inmutarse ni con los aciertos ni con los fallos.
«Así es mi personalidad en general. A veces mi mujer se enfada conmigo porque no me emociono con nada. Pero tampoco me desanimo demasiado. Así es el golf. No puedes aspirar a hacer 62 todos los días», declaraba Martin.
Por detrás de Martin y Svoboda comparten la tercera plaza el coreano Seung-Yul Noh y el estadounidense Robert Streb con -11, seguidos a un golpe por el triplemente transplantado Erik Compton y el sueco Peter Hanson, primer europeo en liza.
En la parte baja, el entorno pantanoso del TPC Louisiana ha atrapado a unos cuantos de los favoritos que no han conseguido superar el corte. Entre ellos, Ernie Els, Rickie Fowler, Patrick Reed y el defensor del título, Billy Horschel, sumido en un mar de dudas con el putter.
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