No ha sido un año sencillo para Azahara Muñoz. Quizá fuera porque la temporada pasada consiguió su primera victoria en el LPGA Tour, el Sybase Match Play Championship, y habitó con tanta naturalidad entre las mejores que sus miras se dispararon. A veces les sucede a las de más talento: se presionan más de la cuenta y los fallos comienzan a sucederse. Quizá no tuviera que ver con nada de eso y simplemente se debiera a una mala racha con el putter, obligándola a cambiar hace unos meses a uno largo en búsqueda de mejores resultados. En cualquier caso, hasta la fecha, solo ha sumado un top en Estados Unidos a lo largo de 2013.
Pero si por algo se ha caracterizado la malagueña a lo largo de su corta carrera como profesional es por ser un jugadora muy inteligente. En sus mejores días, cuando las expectativas eran infinitas, solía repetir que lo importante era disfrutar, aprovechar los momentos de buen juego y sacar su lado más competitivo. Cuando ahora las cosas no marchan tan bien, la receta sigue siendo la misma; eso sí, buscando remedios que cambien la tendencia: a su cambio de forma de patear se ha unido el trabajo con un psicólogo deportivo desde hace unos meses; algo que a muchos les aterra pero que ella ha aceptado como la niña que busca aprender algo nuevo.
Era difícil imaginarla sin volver a tener opciones de victoria durante mucho tiempo. Tras la Solheim Cup y el Evian Masters, pasó unos días en casa con la familia y viajó de nuevo hasta Francia para la disputa del Lacoste Ladies Open de France. Sus 68 golpes en la primera jornada fueron un buen presagio. Los 65 en la segunda los ha recibido con los brazos abiertos, ya que son un soplo de aire fresco en su evolución hacia ser una mejor jugadora. Seis birdies y un solo bogey en el Chantaco Golf Club, pero sobre todo, una vuelta a los viejos patrones que le hicieron triunfar en el pasado.
La parte fuerte de su juego siempre ha sido la regulación. Ya sea desde el tee de salida o desde la calle, Azahara acostumbraba a fallar muy pocos golpes a lo largo de sus vueltas o, por lo menos, a hacerlo mejor que sus rivales. Ayer cogió el 78% de los greenes de este recorrido estrecho, mientras que hoy, en un homenaje a sí misma, ha llegado hasta el 94. Sí, solo ha fallado uno de los dieciocho. La recompensa es un menos siete en el acumulado y la cuarta posición del torneo, a solo tres impactos de las dos líderes, ambas locales: Gwladys Nocera y Joanna Klatten.
Mientras las francesas brillan ante su público, deberán escapar de los elogios ante el gran grupo de jugadoras que les siguen en la tabla. Lee-Anne Piece, la mejor del Ladies European Tour este año (aunque la incomprensible orden de mérito indique algo distinto), es tercera con menos ocho, mientras que junto a Muñoz se han situado Valentine Derrey y la mayor promesa del golf europeo, Charley Hull, que sigue el camino para demostrar que no es el futuro, sino el presente lo que de verdad importa en su carrera.
Carlota Ciganda firmó 70 golpes y es décima con menos cuatro, también con opciones de hacerse un hueco en la zona alta el domingo por la tarde, mientras que María Hernández es quincuagésima con más dos, justo la cifra en que se ha situado el corte. Tania Elósegui y Patricia Sanz se quedaron fuera del fin de semana.
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