Si el viejo Tom Morris se despertara hoy se echaría las manos a la cabeza. El Old Course de St. Andrews, uno de los lugares donde comenzó todo; Carnoustie, quizá la prueba más severa que existe en forma de links y Kingsbarns, un diseño de hace poco más de diez años, pero que respeta cada una de las tradiciones de un campo escocés, están siendo asaltados por varios de los mejores jugadores del Circuito Europeo. No hay tregua en esta carrera de birdies que comenzó ayer en el Alfred Dunhill Links Championship. Ocurren en cada hoyo en cualquiera de los tres recorridos. El líder, tras 36 hoyos, acumula ya un menos quince en la clasificación.
Y no es precisamente uno de los jugadores más en forma de la actualidad. Tom Lewis dio una muestra de lo que fue una gloriosa carrera como amateur en el Abierto de Austria, el pasado junio. Llegó a liderar un torneo por primera vez desde que ganara el Portugal Masters en 2011. Lo que vino después de aquel 63 fue una nueva debacle. No ha sumado un solo top 10 en toda la temporada y está situado en el puesto 155º de la Race to Dubai, a un paso de perder su tarjeta en el circuito. Su juego durante estos dos días, sin embargo, ha sido impecable. Catorce birdies, un eagle y un solo error a través de Kingsbarns y el Old Course le han permitido subir a lo más alto de la tabla.
“Menos siete es un buen resultado en St. Andrews pero hoyo no había viento, por lo que sería normal estar algo decepcionado si por lo menos no llegan a menos cinco”, declaró al finalizar. “Me siento como si estuviera en casa. Los links se adaptan bien a mi juego. Gané el St. Andrews Trophy aquí en 2011 y es genial volver. Sabía que llegaba en buena forma pero los viernes han sido mis principales enemigos este año, por lo que estoy encantado de desquitarme”.
Solo un golpe le separa del segundo clasificado, Joost Luiten. El holandés ha jugado durante los últimos meses a un nivel altísimo, en los que ha sumado dos triunfos (Abierto de Austria y el KLM Open). En general, su año ha sido completamente opuesto al que ha llevado Lewis, embestido de un gran contundencia y decisión. Tres top 10 y un segundo puesto a parte de esas dos victorias han mantenido a este hombre en los primeros puestos a lo largo de muchas semanas, por lo que verle de nuevo ahí arriba no es extraño. Luiten está consiguiendo hacer despertar los elogios de un actuación normal.
Pero el gran protagonista de esta segunda jornada en Escocia no fue ninguno de los dos primeros clasificados, sino un jugador que partía desde la mitad de la tabla sin aparentes opciones de hacer mucho ruido. Se trataba de Peter Uihlein, el ganador del último Madeira Islands Open. El joven norteamericano ha crecido a pasos agigantados durante esta temporada, demostrándose que estaba listo para llegar a la élite, a pesar de venir de donde venía o tener, a priori, más facilidades que el resto. Este deporte, a este nivel, no entiende de ventajas. Cuarto en Sudáfrica, segundo en Gales y de nuevo en la brecha en el hogar del golf, donde ha lanzado un asalto que ha hecho temblar los cimientos de lo comprensible. Ocho birdies y dos eagles después, Kingsbarns ha estado cerca de ser escenario del primer 59 de la historia del European Tour.
“Sabía que necesitaba un eagle y creo que tiré un buen putt”, declaró Uihlein, que firmó el decimoséptimo 60 de la historia del circuito. “Creía que caería a la derecha al final pero siguió hacia la izquierda. Comencé el día dejándola cerca pero sin meter nada. Poco después, comencé a meter todos los putts. Fue uno de esos días en los que sale todo”.
Ahora es tercero, empatado con Hennie Otto, Tommy Fleetwood, Oliver Wilson y Richard McEvoy. Alejandro Cañizares, con menos diez, es el mejor español en competición. Le siguen Ignacio Garrido (menos nueve), Eduardo de la Riva (menos ocho) y Pablo Larrazábal (menos seis), justo la cifra en la que se ha situado el corte provisionalmente. Campillo (menos cinco), Olazábal (menos tres), Quirós (menos dos) y Rafael Cabrera-Bello y José Manuel Lara (más dos) tendrán que completar la rotación mañana para ver si llegan al domingo. Una cosa está clara: tendrán que hacerlo por debajo del par.
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