Había conseguido dos victorias en el LPGA Tour a lo largo de su carrera pero el casillero de Anna Nordqvist, al menos desde 2009, se mantenía a cero. Una de las referencias del equipo europeo de la Solheim Cup, capaz de firmar un hoyo en uno y espolear a sus compañeras, ganadora de un grande, estaba sufriendo para volver a triunfar ante las mejores. Y hasta tuvo ganas de dejarlo. Cuando terminó primera en Tailandia el pasado febrero lo reconoció. Esta racha anodina por la mitad de la tabla cansa y agota, por lo que tuvo que tomar medidas.
“No voy a mentir, terminé el año muy decepcionada”, declaró ayer en California. “Sentí que jugué a buen nivel, pero sabía que necesitaba un par de cambios para hacerlo mejor”. Nuevo entrenador, palos y patrocinador en el vestuario; todo eso alteró la forma en que Anna afrontó el 2014. “He trabajado muchísimo en vacaciones”, añadió. “Tenían que sacarme de la cancha de prácticas”.
Y cuando una jugadora motivada, con hambre de victorias y con un talento como el suyo se queda a vivir en los entrenamientos suceden cosas como lo que aconteció en el Aviara Golf Club, en la última jornada del KIA Classic. Nordqvist partía a dos impactos del liderato, ocupado por Cristie Kerr y Lizette Salas, en un recorrido exigente que no deja mucho margen para remontar. Doti Carter firmó un 64 en la segunda jornada, sí, pero ni mucho menos esa cifra es la referencia en estas calles. Salas, por ejemplo, anduvo algo menos fina en sus tiros a bandera en este último día de campeonato y salió con nueve pares en sus nueve primeros hoyos. Y gracias. Cuando los aciertos dejan de ser un objetivo, el castigo es inminente.
Anna, que tanto había trabajado, comenzó un despliegue muy similar al que Henrik Stenson nos acostumbró durante los últimos meses del pasado curso. Tan parecido fue su despliegue al de su compatriota que por momentos uno puede pensar que los preparan así, para coger cada calle y atacar cada trapo del recorrido. Consiguió un birdie en el uno, en el ocho y en el nueve y, al mirar la clasificación, ya no era necesaria remontada alguna. Lizette ya estaba por detrás, mientras que Kerr atravesaba el campo con un más uno en la tarjeta. “Salí a dos golpes y me dije a mí misma que lo intentara”, comentó. “Terminé haciendo muchos birdies ahí fuera”.
El guión se repitió por los segundos nueve, con tres birdies entre el trece y el dieciséis y un bogey en el diecisiete. Ese último error casi le cuesta un disgusto, ya que Salas reaccionó al final del campeonato alcanzando un acumulado de menos doce (menos dos en el día). “Sí, me temblaban las manos”, dijo sobre su último putt del torneo. “Sabía que si embocaba estaría en muy buena posición. Nunca sabes. Los greenes estaban algo afectados. Cuando el sol se estaba poniendo podías ver cada marca de los tacos cerca del hoyo. Intenté concentrarme solo en el agujero”.
Su vuelta, de 67 golpes, le permitió alcanzar un menos trece y su segunda victoria de la temporada. Lexi Thompson fue tercera con menos once, Chella Choi cuarta, con menos diez, mientras que Keer se quedó quinta con menos nueve. Azahara Muñoz entregó un 71 que la dejó en décima posición, en un acumulado de menos siete. Tercer top 10 consecutivo para la malagueña en el circuito a tan solo unos días de que dé comienzo el Kraft Nabisco Championship, primer major de la temporada.
María Hernández fue trigésimo novena (menos uno), Carlota Ciganda cuadragésimo tercera (par) y Belén Mozo septuagésimo tercera (más nueve).
2 comentarios a “Anna Nordqvist, una nueva referencia”
Sabíais que el nuevo entrenador con el se han producido esos cambios que le llevaron a conseguir los dos últimas victorias es español? se llama Jorge Parada y, entre otros, trabaja con Jonas Blixt y David Limgmert, ambos igualmente suecos
Sí, Antonio, estamos al tanto del gran trabajo de Jorge (creo que también trabaja con Russell Knox y con algún otro jugador de primera fila). Sin duda, toda una referencia.
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