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Zona Pro

Allez la France

Alfonso Martínez | 27 de marzo de 2013

Durante años la piel de toro española había sido El Dorado de la clase media del European Tour. Torneos de mediana dotación proliferaban al abrigo de unas administraciones públicas enfrascadas en una competencia irreal con la comunidad autónoma del al lado por atraerse al riquísimo jubilado británico. Mallorca Classic, Open de Sevilla, Castelló Masters, Madrid Masters, Open de Canarias, Andalucía Masters… todos constituían pequeños proyectos de una oferta turística de Reinos de Taifas para mayor gloria del consejero de turismo de turno, sin un soporte privado que ensamblara una adecuada comunión de factores que garantizara la viabilidad a medio plazo de torneos que, dicho sea de paso, pasaban sin más pena que gloria por el escaparate golfístico internacional del Sky Sports británico y el Golf Channel estadounidense.

El grado de miopía de la administración competente llegaba hasta unas dioptrías tales que incluso forzaba al exilio de Volvo, gigante automovilístico sueco (bueno, ya chino…) y verdadero mecenas del golf profesional europeo, que en 2012 ponía punto y final a más de dos décadas de patrocinio en el sur de España y se marchaba a Bulgaria, donde su esfuerzo monetario va a verse correspondido con el de un país que no supedita su apoyo al “colócame primero en los títulos de crédito” de una película de sol y playa, taquillera en el frío norte de Europa.

Víctima colateral de este “divide y vencerás” patrio, el Open de España se encuentra en este 2013 en un estado de recesión que lo ha llevado a reducir su bolsa de premios en un veinticinco por ciento , a pesar de constituir la única parada profesional del Circuito Europeo en nuestro país. Si en tiempos de bonanza económica los distintos regidores de lo ajeno prefirieron construirse su particular versión a pequeña escala del Abierto Nacional en vez de apoyarlo y situarlo como referencia a este lado del Atlántico, ahora, que hasta las telarañas de lo propio son intervenidas judicialmente, resulta prácticamente imposible encontrar respaldo financiero a un torneo que al menos mantiene las constantes vitales gracias al buen hacer de la Real Federación Española de Golf y su partenaire privado, Reale Seguros.

¿Y ahora qué? ¿Estamos asistiendo a los últimos coletazos del golf profesional en España? ¿Aguantará el Open de España a la llegada de los próximos brotes verdes, de nuevo pospuestos ya al primer trimestre de 2014? ¿Tendremos que volver a cruzar la frontera pirenaica para no perder la conexión europea? Igual no habría que llegar a tanto, pero bien haríamos en intentar copiar el ejemplo de nuestro vecino francés.

El Open de France es, a día de hoy, uno de los grandes torneos de la temporada europea. Año tras año, algunos de los mejores espadas del Circuito como Ian Poulter, Lee Westwood, Rory McIlroy, Luke Donald, Justin Rose, Retief Goosen, Charl Schwartzel, Louis Oosthuizen, Graeme McDowell o Martin Kaymer, no dudan en hacer un alto en su calendario estadounidense para rendir visita a unos greenes que en 2018 alcanzarán su cénit con la Ryder Cup parisina. Sin embargo, si echáramos la vista a principios de la década pasada descubriríamos que este Abierto estuvo a punto de desaparecer víctima de la feroz competencia del ya desaparecido Trophée Lancôme.

La receta de su renacimiento: una visión global por parte de la Federación Francesa de Golf, responsable directo de la gestión y explotación del torneo; el apoyo de las grandes firmas galas, con la multinacional ALSTOM (¿le suenan algunos trenes del AVE?) a la cabeza; la elección como sede permanente de un L’Albatros du Golf National inquilino habitual del top ten de los mejores recorridos europeos; la presencia garantizada de los mejores golfistas locales; y la celebración en las siempre ansiadas semanas previas al British Open.

Hagamos ahora un ejercicio de realidad virtual e imaginemos que el Open de España llevará la firma de alguno de las principales empresas del IBEX 35 como Banco Santander, Movistar, BBVA, Repsol, Inditex o Iberdrola…, que tuviera el respaldo de la Junta de Andalucía, región donde hasta la legislatura pasada no era tabú hablar de golf, que se celebrara en el reconocido Club de Golf de Valderrama, el Augusta National europeo, y que contará con la presencia fija de Sergio García (2013 supone su primera aparición en ¡¡¡diez años!!!), y que se mudará al octubre sanroqueño recuperando el sabor del añorado Volvo Masters… ¿misión imposible?

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