La jornada inaugural de la Ryder Cup 2014 empezó con una curiosidad, el extraño y desacostumbrado error de Ivor Robson, «speaker» de un gran número de acontecimientos golfísticas, y acabó con derrota de la superpareja europea compuesta por Rory McIlroy y Sergio García a cargo de Phil Mickelson y Keegan Bradley en un partido del que no se pueden sacar muchas lecturas pese a su carga simbólica.
En el tee del 1, ambiente estruendoso, cánticos, aplausos e incluso un «There’s only one Tom Watson» entonado por todos los espectadores que dejaba claro cuánto quieren en Escocia al capitán estadounidense. Después, y en el apartado puramente anecdótico, Ivor Robson, la voz del Open y el presentador de los jugadores en esta Ryder, indicaba que el honor de dar el primer golpe de esta edición lo tendría Bubba Watson, cuando el que había pinchado bola era Webb Simpson. Con su habitual flema, lo solucionó con un rápido «Pues va a ser Webb Simpson» y zanjaba el asunto… aunque el golpe del estadounidense no fue muy digno y apenas alcanzó la calle por unos 15 metros.
Después, Bubba Watson, su compañero de fourballs, respondió al desafío del público y se puso a pedir guerra como hizo en Medinah en su partido contra Poulter de fourballs del sábado por la mañana. Hay que reconocerle el valor a Watson, pero la táctica, más allá de enardecer al público europeo, no surtió efecto y la pareja estadounidense caía ante Rose y Stenson por 5&4 en un extraño partido en el que ninguno de los pupilos de Tom Watson firmó ningún birdie, circunstancia extraña en una modalidad como el fourballs. Por parte de la pareja europea, que acabó con -5, Rose rubricó tres de sus cinco birdies y consigue así ganar el séptimo partido de los ocho que ha encabezado en la segunda vuelta en todas las participaciones de la Ryder.
El partido siguiente, el de Martin Kaymer y Thomas Björn contra Jimmy Walker y Rickie Fowler, se decantó rápidamente de lado de los europeos que llegaron a ponerse tres arriba en cuatro hoyos, un magnífico refrendo para la pareja que, a priori, generaba más dudas. Sin embargo, los estadounidenses se revolvieron y, después de una primera fase defensiva, pasaron al ataque impulsados por los dos hoyos ganados por Walker en el 9 y el 13 al embocar desde fuera de green. Como remate, el jugador texano terminaba a lo grande con un putt para birdie en el 18 que servía a su equipo para rescatar medio punto en un partido en el que siempre estuvieron por detrás. Se confirma la buena química de Walker y Fowler y, pese a perder medio punto que tenían en sus manos, podemos dar un aprobado alto a Kaymer y a Björn.
A Poulter y Gallagher, sin embargo, les tocaría repetir curso. A priori, la combinación de la «bestia Ryder» con el favorito local parecía buena idea pese a suponer la ruptura de una de las duplas más exitosas del equipo europeo (la compuesta por Rose y Poulter), pero el inglés ha estado muy lejos del nivel que exhibe habitualmente en la Ryder y no ha podido ejercer de mentor del rookie. Los también novatos Patrick Reed y Jordan Spieth daban la campanada y en el hoyo 11 ya se colocaban 6 arriba, una ventaja insalvable que se mantuvo casi hasta el final (ganaron por 5&4) con Patrick Reed como sorprendente protagonista.
“Increíble, ha sido justo como pensaba que sería. Significa mucho para nosotros (los rookies) que Watson haya confiado en nosotros”, declaraba un encantado Patrick Reed, que junto a su compañero se marchaba enseguida para apoyar al único partido que quedaba en el campo, el de McIlroy-García contra Mickelson-Bradley.
Curiosamente, el duelo que protagonizaron las principales estrellas de ambos combinados fue un tanto deslucido y se ganaron tantos hoyos por méritos propios como por fallos de los contrarios (en varios hoyos los dos jugadores de un conjunto acabaron con bogey, una circunstancia muy extraña en fourballs). Pero también hubo destellos de calidad, como el impresionante birdie desde la arena de Sergio García en el hoyo 4, desde el contratalud del bunker y teniendo que salvar una pared impresionante, o el eagle que conseguía Bradley en el hoyo 16 después de haber perdido el compromiso anterior fallando un putt de apenas medio metro con una cruel corbata. Al final, más que calidad se impuso la emoción y un par de detalles decidieron la contienda, que zanjó Mickelson en el 18 con un gran birdie después de que los europeos se complicaran en los terceros golpes de este protegido par 5.
Pese a la derrota, se ha visto buena sintonía en la pareja europea (que nadie se atreva a compararla con aquel invento Woods-Mickelson de Hal Sutton), aunque el tono general del juego haya sido discreto y no haya habido demasiado acierto con el putter (los mejores, uno de McIlroy en el primer hoyo y otro de García en el 14 solo han servido para empatar el hoyo.
Por lo tanto, Estados Unidos se adelanta por 2,5 a 1-5 después de la primera jornada de fourballs, una ventaja exigua pero significativa. Dado el viento que se está dando en Gleneagles y la dureza que está exhibiendo el campo habrá que ver qué sucede en una modalidad tan exigente como los foursomes.
Rose-Stenson ganan 5&4 a Watson-Simpson
Björn-Kaymer empatan con Fowler-Walker
Gallacher-Poulter pierden 5&4 con Spieth-Reed
García-McIlroy pierden 1down con Mickelson-Bradley
Donaldson-Westwood contra Furyk-Kuchar
Rose-Stenson contra Mahan-Johnson
García-McIlroy contra Fowler-Walker
Dubuisson-McDowell contra Mickelson-Bradley
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