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Mallon contra Neumann

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Enrique Soto | 15 de agosto de 2013

La estrategia se ha vuelto a repetir. Al igual que sucediera en Medinah el año pasado, el Colorado Golf Club apenas tiene rough, se juega largo y sus greenes están muy rápidos. A dado lo mismo que se dispute la Ryder o la Solheim Cup, hombres o mujeres, a los estadounidenses les gusta liberar su potencia desde el tee y rematar la faena con el putter en las manos. Son la sede y pueden elegir las condiciones.

Esta ventaja táctica les supuso una gran ventaja el pasado noviembre, ya que los jugadores de Olazábal vieron cómo su bola se paseaba, una y otra vez, cerca del hoyo. No fue hasta el domingo cuando verdaderamente certificaran su superioridad, sin apenas margen de error. Las chicas de Liseotte Neumann afrontarán el mismo desafío: demostrar que son mejores a lo largo de tres días, recordar que ya ganaron en Irlanda en 2011 y que, a pesar de lo que diga la historia, están preparadas para ganar la Solheim en territorio enemigo.

“Creo que todas tienen buenas sensaciones”, declaró Neumann. “Algunas de las jugadoras que estuvieron en el equipo en 2011 tienen mucha confianza, ya que ganaron, ¿por qué no hacerlo otra vez? Y creo que muchas de las rookies lo vieron en casa por televisión, por lo que creo que todas sienten que es el momento. Hay que ganar a Estados Unidos alguna vez y vamos a intentar que sea esta”.

El que nunca Europa haya conseguido allí la victoria puede ser una motivación añadida para las jugadoras, pero sin duda alguna, una vez comiencen los partidos, será una desventaja. El público estadounidense es más ruidoso que el europeo y en determinados momentos será ineludible dejarse influenciar por sus gritos de ánimo. “He hablado con ellas de lo importante que es mantenerse dentro de sí mismas, y obviamente va a ser complicado”, continuó Neumann. “Incluso para las jugadoras que han estado en América antes es un sentimiento similar: caminar hacia el primer tee, ver las gradas y saber que estás en Estados Unidos. Va a haber mucha gente animándolas”.

La capitana norteamericana ha preparado a conciencia su asalto al título. Meg Mallon jugó un total de ocho Solheims y sabe perfectamente la presión que se siente en cada golpe; una experiencia que ha trasladado a su nuevo cargo. “Recibí un gran consejo de Curtis Strange hace unos días”, declaró. “Me dijo que yo siempre confiaba en mis instintos como jugadora, y que debía hacer lo mismo como capitana. Fue exactamente lo que me sucedió el domingo cuando anuncié mis dos elecciones personales. Tenía todas las estadísticas delante de mí, pero todo se redujo a mis instintos”.

Puede que por eso hayan sido dos jugadoras que no pasan precisamente por su mejor momento de forma: Gerina Piller y Michelle Wie. Justo esta última, por su gran impacto mediático, ha sido la más cuestionada dentro de su equipo. “Justo cuando me lo dijeron comencé a llorar”, declaró la hawaiana. “Lloré con tanta fuerza que se me cayeron las lentillas. Nunca he estado tan feliz”. A pesar de que siempre se ha mostrado muy difícil de batir en match play, Michelle es la número 82 del Rolex Ranking, ha fallado seis cortes esta temporada y solo ha sumado dos top 10, ambos en novena posición. “No tuve que pensarlo mucho”, añadió Mallon. “Mirando la lista que tenía, ella era experiencia en la Solheim. Vive a este nivel de presión casi cada uno de sus días. Moverse en este ambiente no le va a afectar”.

Puede que este escenario le afecte más a alguna de las seis rookies que componen el combinado europeo. La más joven de ellas, Charlie Hull, solo cuenta con 17 años, pero ya ha recibido consejos del probablemente mejor jugador match play del mundo, Ian Poulter. “Estoy segura de que todas las jugadoras van a estar nerviosas”, declaró la precoz inglesa. “Pero no veo por qué, solo porque soy la más joven y con menos experiencia, voy a sentir más presión que nadie. Solo voy a salir ahí, sentir la pasión de este torneo y moverme por el campo lo mejor que sé. No voy a dejar que me afecte. Ian me dijo que fuera respetuosa pero implacable, que nunca puedo pensar que mi oponente no puede meterla. El match play cambia muy rápido e Ian ha sido una inspiración para mí. Tiene una actitud fantástica, por eso ha llegado tan alto”.

El buen ambiente ha reinado en estas horas previas a la competición, pero todo cambiará en cuanto los puntos comiencen a caer de un lado o del otro. Será entonces cuando estos buenos momentos cobren importancia y cuando de verdad se demostrará si Europa ha llegado preparada para abrir una brecha con el pasado. Un antes y un después de las chicas que viajaron a Colorado para llevarse la Solheim.