Cuando un quíntuple ganador del Open Championship pisa por última vez tierra sagrada, cuando un golfista de la talla de Tom Watson se despide del torneo emblemático de su país de adopción (aunque seguirá jugándolo en su versión sénior), las clasificaciones y las estadísticas pasan a un segundo plano, por mucho que en lo más alto del marcador del viernes siguiera apareciendo un Dustin Johnson estelar y que a su rebufo se hubiera colocado el inglés Danny Willett, uno de los miembros aventajados de la nueva generación del golf inglés. Curiosamente, en su despedida, Tom Watson ocupa la última plaza en esa tabla que de momento dejaremos de lado porque la trascendencia de la figura del estadounidense trasciende lo puramente numérico.
Emblema, embajador, leyenda, caballero… Todos son sustantivos aplicables a Tom Watson, ganador de cinco Open en cinco campos distintos, un dato elocuente que habla de su capacidad de adaptación y de su rendimiento en todas las encarnaciones de los links británicos. Le queda pendiente alzar la jarra de clarete en el Old Course, un honor que le arrebató en buena lid Seve Ballesteros en 1984, pero deja innumerables e inolvidables instantáneas. Como la inevitable fotografía en el cruce del Swilcan Bridge, o como la reverencia con la que saludó al público después de embocar su último putt prácticamente a oscuras, en medio de una ovación unánime aunque algo más tenue que la prevista por el retraso ocasionado por las lluvias matutinas.
Esas lluvias obligaban a retrasar tres horas las salidas y trastocaba los planes de la organización, que no obstante dejaba el campo en buenas condiciones en tiempo récord gracias a los esfuerzos de su personal de mantenimiento. Por la mañana Danny Willett se encaramaba a lo más alto de la clasificación con un despliegue de calidad y tacto, combinación ideal en un campo que después de las lluvias ha sido castigado por el viento. El joven inglés se marchaba del Old Course con un último birdie que paliaba en parte los dos errores cometidos en los hoyos 16 y 18. En su temporada de confirmación, Willett está mostrando lo bien adaptado que está al Old Course, campo que suele maltratar cada vez que acude al Alfred Dunhill Links Championship.
A casi todos los que destacaron en la primera jornada les tocaba salir por la tarde sabiendo que no iban a acabar su vuelta, y Dustin Johnson no tardó en retomarlo donde lo dejó el día anterior. Después de tres pares, el estadounidense enganchaba una racha de tres birdies en cuatro hoyos y se despegaba de su némesis, Jordan Spieth, que alternaba aciertos y errores pero no terminaba de despega y no mejoraba el -5 con el que acabó el jueves. Al final, después de 13 hoyos Johnson era líder con un golpe de ventaja sobre Willett y dos con respecto a Paul Lawrie, que ya había acabado su vuelta, y Jason Day. No obstante, la breve reanudación a primera hora de la mañana solo sirvió para que Dustin Johnson perdiera un golpe y Jason Day dos, y poco después de volvió a suspender el juego por culpa del vendaval que azota St. Andrews.
En cuanto a los españoles, el mejor sigue siendo Sergio García, vigésimo quinto después de jugar catorce hoyos. Muy fino de tee a green, al de Castellón solo le ha faltado una pizca más de acierto en los greens para acercarse a la zona alta, aunque sigue metido entre los mejores. Por detrás, Rafa Cabrera-Bello ocupa la sexagésimo segunda plaza al par del campo y es previsible que supere un corte que fallarán Pablo Larrazábal pese a su heroico 69 de la segunda vuelta con la espalda maltrecha y Miguel Ángel Jiménez, que no ha encontrado la clave al Old Course y falla su tercer corte en tres majors este año.
Asian Tour Danny Willett Dustin Johnson European Tour Jason Day Jordan Spieth Miguel Ángel Jiménez Old Course Open Británico Open Championship Open Championship 2015 Pablo Larrazábal Paul Lawrie PGA Tour Rafa Cabrera-Bello Royal & Ancient Golf Club of St. Andrews Sergio García St Andrews Zach Johnson
Deja un comentario