Decían el papel y la lógica que el equipo capitaneado por Sam Torrance estaba herido. Ni Lee Westwood, Luke Donald, Ian Poulter o Justin Rose se habían presentado en Saint-Nom-La-Bretèche para defender los colores del equipo de Gran Bretaña e Irlanda. En su lugar, acudieron otros hombres que si bien han destacado a lo largo de la temporada del Circuito Europeo, no contaban con la personalidad y el carácter de los que habitan en las grandes ligas. El Seve Trophy no deja de ser un torneo colectivo a match play, en el que lo impredecible está a la orden de cada jornada. Sin embargo, en la primera, lo que venía escrito en el papel tenía mucho sentido.
No se demostró tanto en el primer duelo de la mañana. Olazábal mandó a sus dos jugadores más veteranos, curtidos en mil batallas, a mostrar el camino a la juventud, los Olesen, Manassero o Luiten. Miguel Ángel Jiménez y Thomas Björn se plantaron en el tee del 1 sabedores de su importancia en marcar tendencia, pero solo uno estuvo al nivel que acostumbra. El gran danés, ganador hace unas semanas en Suiza, pasó por uno de esos días en los que el golf te da un buen castigo: solo un birdie en 16 hoyos. Con El Pisha a los mandos de la nave, su ausencia no se notó hasta que Gallacher y Lawrie comenzaron a encadenar aciertos. Dos arreones le bastaron al dúo escocés para finiquitar el encuentro por 3&2. “Nos hemos combinado muy bien”, declaró Lawrie. Cuando uno fallaba, el otro surgía para reemplazarle.
Pero fue eso, un espejismo. Ni siquiera ese primer punto en el marcador sirvió para que el resto de compañeros siguieran la estela de la victoria. En el segundo duelo, Jose María apostó por dos rocas nórdicas en cuanto a contundencia se refiere: Mikko Ilonen y Thorbjörn Olesen. Como muchos compatriotas suyos, su fuerte se basa en no fallar, coger un green tras otro hasta que los campos sacan la bandera blanca. Fue justo eso lo que hicieron: un par, un birdie, un par, otro acierto… En diez hoyos, sin despeinarse, marchaban a ritmo de menos cuatro con dos de ventaja.
Pero Fleetwood y Wood también tenían algo que decir a todo este alarde de previsibilidad. El joven Tommy pasa por un buen momento y cuando el duelo se inclinaba hacia el desequilibrio, sacó dos birdies de la manga como quien se dedica a apostar cada noche. Wood respondió con un buen 16, reduciendo la diferencia a solo un hoyo. En el 18, sin embargo, tuvo la ocasión de empatar el partido y tiró un putt de unos tres metros tímido, sin carácter; justo del que Poulter escupe a veces sin querer.
Con el global igualado, la atención se dirigió a la que, a priori, parecía la pareja más fuerte entre los continentales. Matteo Manassero y Francesco Molinari bien podrían ser dos fijos en la hoja de ruta de Paul McGinley en Gleneagles, pero su rendimiento en esta primera jornada se encontró dos duros obstáculos en el camino. Paul Casey y Simon Khan salieron dispuestos a amargar el día a cualquiera, sin importar los nombres, y consiguieron siete birdies en lo que por fin se parecía a una jornada de fourballs; ya saben, la mejor bola. Tuvieron que sacar lo mejor de cada uno para terminar empatando: Matteo embocando desde el bunker en el 9, todo talento y actitud; Molinari confirmando la igualdad en el 18, cuando verdaderamente se notan los
Así que el papel no terminaba de imponerse, hasta que Joost Luiten fue enfocado por las cámaras. Es, probablemente, el jugador más en forma del circuito, un hombre de veintisiete años henchido por la confianza que dan dos victorias casi consecutivas, con abierto de su país incluido. Podría haber jugado junto a Grégory Bourdy, que no estuvo mal, o con cualquier otro, ya que se las apañó él solito para imponerse por 2&1 a Jamie Donaldson y David Lynn, una pareja desinflada. En los primeros nueve hoyos, firmó 29 golpes.
No fue hasta que dos candidatos a participar en cada una de las Ryders dentro del próximo lustro le tomaron el relevo cuando la lógica terminó de imponerse. Si Olazábal había apostado por la serenidad de la experiencia en su primer duelo, hizo todo lo contrario con el último, juntando al bombardero belga Colsaerts con todo el talento que en ocasiones derrocha Gonzalo. Los frutos no tardaron en caer. Era imposible controlarles por las calles de este campo francés, transformado en paseo triunfal para ellos. Y es que diez birdies son muy díficiles de contrarrestar, también para Marc Warren y Scott Jamieson. En ningún momento parecieron tener la más mínima opción de victoria. 5&3 para ellos, la batalla inclinada hacia lo que venía escrito en el papel y las ganas de cambiar la tendencia de un torneo imponiéndose a las seis ediciones anteriores del Seve Trophy.
Chris Wood David Lynn European Tour Francesco Molinari Gonzalo Fernández-Castaño Gregory Bourdy Jamie Donaldson Joost Luiten Marc Warren Matteo Manassero Miguel Ángel Jiménez Mikko Ilonen Nicolas Colsaerts Paul Casey Paul Lawrie Peter Hanson Scott Jamieson Seve Trophy Seve Trophy presented by Golf+ Simon Khan St-Nom-La Bretèche Golf Club Stephen Gallacher Thomas Björn Thorbjorn Olesen Tommy Fleetwood
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