Dicen que las semanas de majors son las más largas en la temporada de los golfistas profesionales. Es la razón por la que muchos de ellos descansan en los torneos previos, en un intento de llegar con la memoria vacía, dispuesta a acumular cientos de experiencias. El trabajo mental es gigantesco a lo largo de cuatro días de competición, pero a lo largo de tres, como ocurre esta semana en el LPGA Championship, los esfuerzos se concentran y multiplican. Morgan Pressel se enfrentará al domingo más largo de su vida en el Locust Hill Country Club, disputando los últimos 36 hoyos de un grande en tan solo una jornada. Tendrá que defender un liderato, atacar en ciertos momentos asumiendo riesgos importantes y saber que, cuando llegue al 18, la tarea estará todavía a medias.
Toda una odisea si tenemos en cuenta los evidentes peligros de este recorrido durante los últimos días. En Pittsford hace tiempo que dejó de haber rough, para dar paso a un alambre de hierba que se lleva bolas, huellas y golpes por delante. En este sentido, existen dos campos de golf dentro de uno solo: el que se juega por un camino de baldosas verdes y el que no deja más opciones que rendirse. Solo existe una vía hasta el agujero, basta con que vean los nombres en lo alto de la clasificación y los comparen con los que no superaron el corte; jugadoras que cogieron calles y las que no lo lograron. “Trato de no ser ambiciosa aquí”, declaró Michelle Wie tras firmar un 68. “Pegué un par de drives más ayer que me costaron muchos golpes. En este campo, incluso si pegas un hierro 5 o un 6, solo tienes que encontrar la calle”.
Con tales requisitos para habitar bajo par, no resulta extraño que la líder sea una jugadora poco potente, pero capaz de repetir su swing hasta la saciedad. La segundo jornada de Morgan Pressel fue una sucesión de golpes que parecían rebobinarse una y otra vez, como en una vieja cinta que en ciertos momentos se volvió aburrida y monótona. No pasaba nada fuera de su control. Una calle, un green, dos putts… No parecía estar jugando el mejor golf de su carrera pero sus rivales la contemplaban impotentes, tratando con árboles, recuperaciones desde el rough o largos putts para par. Ella lo definió así: “Los segundos nueve fueron muy tranquilos. Tuve varias oportunidades y aproveché algunas. Entonces el viento comenzó a soplar un poco y lo hizo algo más difícil, además, por como está el campo de húmedo, fue más complicado en esa vuelta”.
Sus 70 impactos, unidos a los 68 del primer día, le sitúan en primera posición con un acumulado de menos seis. A solo dos de distancia, se encuentran dos mujeres con virtudes muy similares a las suyas. La primera es Chella Choi, que se acostó como líder tras coger todas las calles durante la primera jornada, dispuesta a sufrir la presión y el miedo durante la segunda. Era complicado responder a esa gran primera tarjeta pero la surcoreana volvió a seguir un guión que funciona perfectamente en este recorrido: no visitar el rough. Falló solo en tres ocasiones y entregó un 73. La segunda jugadora impone con tan solo leer su nombre, ya que va camino de plantear un dominio en la competición que no veíamos desde los tiempos de Yani Tseng. Se llama Inbee Park.
La número uno del mundo se acercó a los primeros puestos, como siempre, de forma silenciosa y constante. Doce calles y veintisiete putts después, entregó un 68 que le alzaba a la zona alta pero que parecía haber llevado a cabo como quien entrega el menú del día en un restaurante. El golf parece algo sencillo cuando la vemos descontenta con un impacto y comprobamos que su bola termina a solo cuatro o cinco metros de bandera. El putter es su arma más contundente y mañana tendrá una gran oportunidad de volver a demostrar que, ahora mismo, no hay nadie capaz de toserle. ¿Su plan? “Necesito un buen descanso esta noche. Estar muy relajada mañana y dormir muchas horas”. Lo dicho, el menú del día para Inbee.
Beatriz Recari hizo buenos los presagios que le situaban como una de las favoritas a la victoria y entregó un tarjeta con 71 golpes para situarse vigésimo tercera, en mas uno. Carlota Ciganda, con mas dos, es trigésimo primera mientras que Belén Mozo es cuadragésimo séptima con mas cuatro. Es difícil descartarlas para las primeras posiciones porque todavía queda medio torneo por disputar, aunque por como se ha desarrollado hasta ahora, todo parece pasar por otras manos. Azahara Muñoz sufrió las consecuencias de la primera jornada y se quedó fuera del corte.
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