Después del Milagro de Medinah, al equipo europeo le toca defender el título agónicamente obtenido en Chicago hace dos años tras el domingo de gloria que cerró Kaymer con su putter. El escenario, el hecho de tener a tres de los cinco mejores jugadores del mundo por ranking, incluido el número uno, y las ausencias importantes en el equipo americano hacen de los chicos de McGinley los favoritos para retener la copa. Vamos a repasar la trayectoria y el estado de forma en el que llegan cada uno de sus componentes.
Thomas Björn
43 años y esta será su tercera Ryder después de haber ganado las dos anteriores (1997 y 2002) con un récord personal de 3-2-1 y 3 puntos y medio obtenidos. Pese a no llegar en un gran estado de forma, el danés será fundamental en el devenir de la Ryder y uno de los jugadores de la clase media que ha de tirar del carro del equipo europeo.
Jamie Donaldson
A pesar de la inexperiencia del galés en la Ryder Cup, sus últimas tres actuaciones selladas con una victoria, un cuarto puesto y un séptimo le convierten en uno de los jugadores más en forma de los que andarán por Gleneagles. Además, ya demostró en la Eurasia Cup que sabe lidiar con los compromisos por parejas y, Rory y McGinley mediante, podría formar otra vez una pareja explosiva con McDowell como en Malasia.
Victor Dubuisson
El francés es otro de los que se estrena en la competición. Con 24 años le llega una oportunidad para enseñar todo lo bueno que ha mostrado a lo largo de esta temporada. A pesar de su juventud, este año ha demostrado que los grandes escenarios, lejos de amedrentarle, sacan lo mejor del francés. Esta por ver su funcionamiento en foursomes y fourballs a este nivel, pero no sería extraño que terminara siendo uno de los héroes de la competición. Posiblemente la gran incógnita del torneo.
Stephen Gallacher
El escocés entró como elección personal de McGinley. Su actuación en Italia, buscando la victoria con todas sus fuerzas para entrar por puntos, fueron la última razón que necesitaba el capitán para llevarle a Gleneagles. Debuta en una Ryder y a sus 39 años puede ser la única oportunidad de la que disponga y, aunque jugar en este campo (donde ya ha logrado magníficos resultados en el Johnnie Walker Championship) y en casa son dos bazas fundamentales, la inexperiencia en una competición tan tensa como la Ryder puede pasar factura. La semana pasada en Gales no pasó el corte.
Sergio García
Sergio está jugando su mejor temporada y esta sería razón suficiente para considerarle una vez más uno de los baluartes del equipo europeo. A esto hemos de añadir que la Ryder era desde el principio uno de sus objetivos claros de la temporada y que llegó incluso a renunciar a uno de los playoff de la FedEx para no llegar agotado. Es su sexta Ryder Cup y ha vencido en cuatro de ellas con un récord personal de 16-8-4. Si omitimos los empates, el de Borriol gana el doble de lo que pierde. Será uno de los pilares sobre los que se apoye McGinley.
Martin Kaymer
Uno de los héroes de Medinah. Llega con la madurez adecuada y con la experiencia acumulada de dos Ryders como para dar un golpe en la mesa y convertirse en algo más que uno de los que engrosa la lista de doce. Eso es lo que le pedirá McGinley y lo que esperan muchos de los compañeros. Será su tercera Ryder consecutiva, con dos victorias en 2010 y 2012. Su puntuación en la competición es de 3-2-1
Graeme McDowell
Cuarta vez que McDowell defenderá los colores del equipo europeo con dos victorias y una derrota en los que ha cerrado su participación con un récord personal de 5-5-2. Tal y como se ha desarrollado la temporada para G-Mac, tanto en el terreno de juego como a nivel personal estamos más cerca de la gran versión del 2010 que de la mediocre actuación de 2012. Tras haber limado asperezas con Rory, parece que pueden volver a formar la gran pareja de Celtic Manor y repetir en Gleneagles éxitos pasados.
Justin Rose
A pesar de haber disputado solo dos ediciones (2008 y 2012), Rose parece haber nacido para jugar la Ryder Cup. No solo por su récord personal de 6-3-0 con 6 puntos ganados para el equipo; su pasión, su compromiso y la capacidad para no rendirse como se pudo comprobar en Medinah durante los individuales del domingo en su épico partido ante Mickelson le convierten en uno de los líderes naturales del equipo. Además, viene como un tiro después de quedar cuarto en el TOUR Championship, el último de los playoffs de la FedEx Cup.
Henrik Stenson
Esperemos que la máquina de hacer birdies haya recuperado la gasolina durante estas semanas de descanso que ha tenido. El sueco llegó seco al final y eso lo pagaron sus resultados en este último tramo de la temporada. Tampoco ha sido el jugador deslumbrante del año pasado, pero en los momentos importantes el sueco ha estado dando la cara y por momentos recordaba al jugador que se llevó todo la temporada pasada. Tercera Ryder para Stenson que tiene un récord de 2-3-2.
Lee Westwood
El inglés es una de las elecciones de McGinley y, sin duda, una de las más discutidas, más si cabe después de la victoria de Luiten esta semana en Gales. En cualquier caso, un tipo que va a jugar su novena Ryder Cup, con un récord de 18-16-6, que prácticamente mezcla bien con cualquiera y que no se va a poner nervioso pase lo que pase, se le puede obviar el estado de forma (y la inseguridad que transmite en muchas ocasiones con el putter) y apostar por su experiencia. Además, McGinley le hará sentirse importante y eso seguro que juega a su favor.
Rory McIlroy
Qué más se puede decir de Rory. Número uno del mundo, doble vencedor de majors este año, con una mentalidad ganadora y ambiciosa que no había mostrado hasta ahora, mezclando su juego agresivo con pausas que no parecían posibles hace unos años… En definitiva, el sucesor de Tiger y el principal arma en el arsenal con el que cuenta McGinley. Además ha jugado ya dos Ryder (2010 y 2012) y fue protagonista en ambas victorias con un récord de 4-3-2.
Ian Poulter
La bestia, el animal de la Ryder, el código genético perfecto para jugar la competición, la mirada del tigre y todos los apelativos que queramos dar se quedán cortos cuando observamos la cara con la que Poulter se planta en el tee de salida cuando de competir contra los yanquis se trata. De 15 partidos jugados en las cuatro Ryder en las que ha participado, Poulter ha ganado 12 y ha perdido 3. No ha empatado ninguno, este hombre no coge prisioneros, es todo o nada. Sin dudas, el alma del equipo, el abismo que devolverá la mirada a los americanos si estos se atreven a buscar los ojos del jugador más visceral desde Seve. Poulter es la Ryder.
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