El norirlandés Darren Clarke conserva el liderato del Open Championship 2011 con un golpe de ventaja sobre el estadounidense Dustin Johnson y tres con respecto a Thomas Björn y Rickie Fowler en una jornada caracterizada por la bipolaridad meteorológica y en la que Miguel Ángel Jiménez ha tenido que luchar para mantenerse con opciones de cara a la última vuelta.
Y la bipolaridad a la que nos referimos ha sido extrema durante el sábado en Royal St. George’s. El día amanecía frío, lluvioso e incluso con algo de aguanieve, con rachas de 60 km/h y condiciones extremas (“el día más duro en el que he jugado”, en palabras del australiano Jason Day). Aun así, solo cabe calificar de impresionante (y, por qué no decirlo, emocionante) la respuesta del público inglés, que ha resistido la lluvia y el viento, ha ayudado a buscar bolas perdidas en los peores momentos y ha apoyado de principio a fin a todos los jugadores, incluso a los relegados en la clasificación.
Las tarjetas reflejaban la dureza de las condiciones de juego y golfistas de la talla de Rory McIlroy y Sergio García volvían a sufrir, por tercer día consecutivo, el castigo de salir en el turno menos propicio.
“No se podía hacer mucho, desgraciadamente me ha tocado los tres días el peor tiempo”, declaraba Sergio García. “Aquí, aparte de jugar bien también necesitas tener buena suerte con el tiempo y yo no la he tenido”, aunque no quería poner como excusa las inclemencias meteorológicas. Los dos astros acababan con un 74 que les deja a nueve golpes de la cabeza, una distancia que se antoja excesiva, aunque ambos tienen en mente la remontada de Lawrie en el Open de 1999.
Después de la heroica vuelta del veterano Tom Watson, que entregaba un +2 en las peores condiciones, Rickie Fowler era el siguiente en plantarle cara a Royal St. George’s firmando un 68 en condiciones muy desfavorables.
Fowler ha vuelto a demostrar que hay sustancia detrás de todo ese estilo y que su palmarés está vacío por cuestiones coyunturales. Además de afrontar todo lo que el tiempo y el campo han tenido a bien echarle encima, Fowler ha jugado con la presión añadida de compartir partido durante tres días con Rory McIlroy, ungido como futuro dominador del golf mundial, y ha salido del paso con nota.
Y junto a Fowler, encontramos a un nutrido grupo de compatriotas suyos. Después de varias semanas de debates acerca del golf yanqui y su sequía de majors, los estadounidenses han elegido la mejor ocasión posible para salir de su letargo. Después de la escalada de Fowler, tercero junto a Björn al final del día, el bombardero Dustin Johnson se aupaba a la segunda plaza tras igualar el 68 de su compatriota y demostrar que es más todoterreno que lo que parece indicar su perfil estereotipado. Los estadounidenses han colocado a 10 jugadores entre los 16 primeros (Dustin Johnson, Rickie Fowler, Lucas Glover, Anthony Kim, Phil Mickelson, Davis Love III, Zach Johnson, Ryan Palmer, Tom Lehman y Chad Campbell), una gesta en el torneo menos americano del calendario internacional.
En los últimos partidos, y ya beneficiados por las benignas condiciones posteriores, Darren Clarke y Miguel Ángel Jiménez daban una lección de juego de tee a green, pero se atascaban en los greenes (34 y 31 putts, respectivamente) y solo el norirlandés conseguía sacar algo de partido a su vuelta. Aunque el hoyo se les movía a estos dos buenos amigos y ambos tenían que echar mano de una paciencia casi infinita para afrontar con tranquilidad tanto putt fallado, Clarke afirmaba su liderato arañándole un golpe más al par, mientras Jiménez cedía dos impactos y acababa con -2, a tres golpes del norirlandés.
“De tee a green no sé jugar mejor. Hoy ha sido uno de esos días en los que controlas por completo el vuelo de la bola, pero no he sabido encontrar la velocidad de los putts”, declaraba Clarke. Y con respecto a los atronadores aplausos que le ha dedicado el entendido público inglés, con una sonrisa, Clarke decía: “Creo que casi todo el público se identifica con un tipo que no es muy atlético y al que le gusta tomarse una pinta”.
Jiménez tiene claro que el resultado final dependerá del viento y que lo principal es seguir disfrutando al máximo de este Open Championship.
“En lo alto de la clasificación hay gente veterana con mucha experiencia, los links se prestan mucho a que no se vea esa diferencia de generaciones, de edad entre los jugadores. La cuestión no es pegar largo y tener un wedge de segundo golpe. Aquí el secreto está en dominar la pelota, saber moverla y tener mucho feeling. Esto es golf en estado puro”.
Thomas Björn, empatado con Fowler en la tercera plaza, cierra este trío de “viejos rockeros” en las que están centradas las esperanzas del golf europeo.
El tercer español en liza ha acabado con 76 golpes y comparte la vigésimo quinta plaza con Sergio García después de haberse dejado llevar por una impaciencia a la que parecía haber mantenido a raya los dos primeros días. Aun así, no dejaba de sacar una lectura positiva del revés de hoy.
“De una vuelta como la de hoy aprendo mucho más que de una buena vuelta como la del pasado jueves. Tomaré mis conclusiones, claro está, pero en frío cuando esté algo más relajado”, indicaba Pablo.
El barcelonés saldrá mañana a las 12,30, hora peninsular, junto a Robert Rock, mientras que Sergio García compartirá emparejamiento con Rory McIlroy saldrá 10 minutos después, y Miguel Ángel Jiménez jugará con Lucas Glover a partir de las 14,50.
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