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Zona Pro

Alstom Open de France 2011 (European Tour)

Alfonso Martínez | 29 de junio de 2011

Logotipo del Open de FranceAnd the winner is… La France, ou Le Golf National pour être plus précis. Con este inicio tan trilingüe nos zambullimos en la historia del abierto nacional más antiguo de la Europa continental, un Open de France que en su nonagésimo quinta edición estrenará condición de futura sede de la Ryder Cup, y para la cual el campo, el torneo y los estamentos del golf francés deberán recorrer un camino de siete años de continua evolución y probada capacidad de organización.

El pasado 17 de mayo de 2011, George O’Grady, director ejecutivo del Circuito Europeo, y Richard Hills, director de Ryder Cup Europa, desvelaban en las londinenses oficinas de Wentworth Club el nombre de la candidatura elegida para albergar en 2018 la tercera Ryder Cup disputada fuera del binomio británico-estadounidense, tras Valderrama Golf Club (1997) y The K Club (Irlanda, 2006).

A medida que nos acercábamos a la hora H del día D, la solidez de la apuesta francesa iba ganando enteros frente al completísimo pero virtual proyecto madrileño (de hecho, a día de hoy, 28 de junio de 2011, el Circuito Europeo sigue sin reflejar en su calendario internacional ni la sede (¿El Encín?) ni el montante de premios de un Madrid Masters que continua haciendo gala, a su pesar, de una trayectoria de incertidumbre desde que en 2008 renaciera de las cenizas del veterano Open de Madrid), el imposible sueño alemán del Audi Ryder Cup course (el Circuito Europeo es territorio BMW), la testimonial aventura neerlandesa y la arriesgada oferta portuguesa de la Comporta, un nuevo boom golfístico al sur de Lisboa que cuenta con el respaldo del banco luso Espirito Santo y con capital británico, y del que se sospecha que volverá con fuerzas renovadas para hacerse con la edición de 2022.

Nuevamente, la ciudad de Madrid se enfrentaba a la dura realidad de una geopolítica que ya se había convertido en un hándicap insalvable en las anteriores y frustradas aventuras olímpicas de 2012 y 2016, la primera por la cercanía con Barcelona 92, y la segunda por el “agravio comparativo” con el continente sudamericano. Y en lo referente al ámbito del golf, hemos de reconocer que ya España tuvo la inmensa fortuna en 1997 de albergar la primera Ryder Cup que salía de las islas británicas, gracias al empeño personal de don Jaime Ortiz Patiño, que situó así a su Valderrama Golf Club en el escaparte de los mejores y más exclusivos recorridos de Europa y del mundo.

Y en efecto, la Fédération Française de Golf (FFGolf) veía recompensado su esfuerzo con el regalo del tercer acontecimiento deportivo más mediático del deporte profesional, solo superado por el Mundial de Fútbol y los Juegos Olímpicos, y que se espera que mejore todos los registros de asistencia de aficionados y de impacto económico registrados en Irlanda y el País de Gales, con el permiso, eso sí, de una climatología no muy halagüeña en los otoñales meses de septiembre u octubre, cuando estaría previsto que se celebrara la competición.

Un esfuerzo donde ha destacado el “impuesto” voluntario de tres euros anuales a todos los golfistas federados galos con el que sufragar la construcción de un centenar de campos públicos, y casi una década de denodado impulso del Open de France hasta colocarlo como uno de los torneos más importantes de la temporada en Europa.

Segundo el año pasado, Francesco Molinari tiene una deuda pendiente en Paris

Segundo el año pasado, Francesco Molinari tiene una deuda pendiente en París

Disputado por primera vez en 1906 e integrado en el European Tour desde su inauguración en 1972, el Open de France vivió su apogeo durante la década de los setenta y ochenta, con las victorias de Severiano Ballesteros (en cuatro ocasiones, 1977, 1982, 1985, 1986), Greg Norman (1980), Sandy Lyle (1981), sir Nick Faldo (1983, 1988, 1989) y Bernhard Langer (1984); antes de entrar en un período de estancamiento que lo llevaría a situarse en la zona media del Circuito en dotación económica (22º de 40 torneos en 2001, majors y WGC al margen), e incluso por detrás del otro gran campeonato francés, el Trophée Lancôme.

En 2003, la Federación francesa se decide a impulsar el abierto nacional y devolverlo a su lugar de privilegio dentro del Circuito Europeo. Al mismo tiempo que apostaba por L’Albatros du Golf National como su sede permanente, incrementaba anualmente su montante de premios en medio millón de euros (2003-06) hasta convertirlo en uno de los torneos mejor dotados de la temporada (sólo por detrás del BMW PGA Championship y Volvo Masters en 2008), y abandonaba la primera semana de mayo para regresar en el tramo posterior al The US Open Championship.

Sin embargo, su cercanía con el segundo major del año unida a la feroz competencia con los otros grandes torneos europeos que se agolpaban en las inmediaciones del Abierto Británico (The Smurfit European Open, The Barclays Scottish Open y The Deutsche Bank Players Championship of Europe), hicieron que el torneo galo no consiguiera los resultados esperados, y fueran contadas las apariciones de golfistas clasificados dentro del top 50 del OWGR.

De hecho, entre 2003 y 2009, el Open de France tocaría fondo al otorgar el mínimo de puntos del OWGR establecido para un torneo del Circuito Europeo (24) hasta en tres ocasiones (2003, 2004, 2005), y solo en 2006 y 2009 se superaría la cifra de los 40 puntos del OWGR, situación a todas luces insostenible para un torneo que había preferido destinar todo su capital económico a la bolsa de premios en vez de a los siempre controvertidos fijos de salida.

Consecuentemente, fueron numerosas las voces que discutieron el acierto de esta política, dada la escasa repercusión internacional que conseguían con las ausencias de las principales figuras de este deporte (en 2007 Ángel Cabrera rechazaría una prima de un millón de euros de su patrocinador Alstom si disputaba —y ganaba— el Abierto de Francia tras su sonado triunfo en el The US Open Championship) y las victorias de jugadores relativamente desconocidos como Philip Golding (2003), John Bickerton (2006), Graeme Storm (2007) o Pablo Larrazábal (2008). En este periodo, la única excepción fueron los dos entorchados consecutivos de Jean François Remesy en 2004 y 2005, mediáticamente rentables al ser el primer ganador francés desde Jean Garaïalde en 1969, y que lograba el doblete desde Marcel Dallemagne en 1937.

Finalmente, en 2010 se optó por copiar la exitosa fórmula de los lejanos torneos del golfo Pérsico, y pese a la coincidencia de fechas con el AT&T National de Tiger Woods, el Open de France sacaba pecho con una potentísima lista de entradas donde encontrábamos a cuatro top ten de la clasificación mundial (Lee Westwood, Luke Donald, Ian Poulter, Rory McIlroy) y otras muchas figuras de renombre internacional como Martin Kaymer (premajorista aún), Geoff Ogilvy, Adam Scott… y todo esto en el contexto de una “oportuna” reducción en un veinticinco por ciento de su dotación económica. ¿Crisis o redistribución económica?

Esta semana, el Alstom Open de France vuelve a presentar una más que aceptable lista de entradas, menos brillante que la del año pasado dado el salto hacia delante de los dos abiertos nacionales que escoltan al The Open Championship: el The Barclays Scottish Open, que por fin pisa suelo links en la norteña localidad de Inverness, en plenas Highlands, y le ha “birlado” a los números uno y dos del mundo, los ingleses Lee Westwood y Luke Donald, y al triple majorista irlandés Pádraig Harrington, y el RBC Canadian Open del PGA Tour, que se ha asegurado la presencia de casi una veintena de integrantes de la clasificación mundial a base de talonario y patrocinio corporativo.

Miguel Ángel Jiménez regresa al abierto nacional más antiguo de Europa

Miguel Ángel Jiménez regresa al abierto nacional más antiguo de Europa

Construido en los límites del antiguo parque del castillo de Versalles, en el término municipal de Saint-Quentin-en-Yvelines, París, e inaugurado el 5 de octubre de 1990, Le Golf National obedece al ambicioso proyecto de la FFGolf de disponer de su propio complejo público de golf donde poder albergar anualmente su abierto nacional, como viene sucediendo desde 1991, a excepción de las ediciones de 1999 y 2001, celebradas en Golf du Médoc y Lyon GC, respectivamente.

Previamente, el Alstom Open de France había rotado por distintos campos de la geografía francesa, como La Nivelle & Biarritz GC, La Foret & La Vallée, Chantilly GC, Racing Club de France, Le Touquet GC, Le Baûle GC y el Lyon GC, hasta que en los años ochenta se decide alternarlo entre los cinco grandes de la región parisina: Saint Cloud GC (1980, 1984, 1987), Saint Germain (1981, 1985), Saint Nom (1982), La Boulie (1983, 1986) y Chantilly (1988-90).

Le Golf National es un recorrido que lleva la firma de los prestigiosos arquitectos Hubert Chesneau (francés) y de Robert Von Hagge (estadounidense), y se compone de un stadium course (L’Albatros, sede del Open de France), un executive course (L’Oiselet —birdie—), y un segundo recorrido de dieciocho hoyos (L’Aigle —eagle—).

Par 71 de 6.675 metros (7.300 yardas), L’Albatros se asienta sobre 139 hectáreas de terreno de antiguos maizales, y su principal característica es la combinación de lo que podría considerarse un clásico links escocés con una puesta en escena made in USA.

De hecho, pocas veces nos encontraremos con un recorrido cuya presentación obedezca al de un stadium course, esto es, hoyos rodeados de anfiteatros naturales que permiten la aglomeración de espectadores a su alrededor; pero con la ausencia de la masa arbórea que tanto caracteriza a los diseños estadounidenses, y con una estructura típicamente links: rough salvaje, trampas de arena, calles onduladas y amplios greenes, con la única excepción de los obstáculos de agua que juegan un papel determinante en el resultado final de la tarjeta, al comprometer los hoyos 1, 2, 13, 15, 16 y 18.

Para cuando la Ryder Cup aterrice en L’Albatros, el valle natural que engloba a los cuatro últimos hoyos podría albergar una cifra superior a los cincuenta mil espectadores, todo una demostración de fuerza de un recorrido que en los últimos años de abierto nacional no hace sino superar sus cifras de asistencia.

Esta semana los greenes de meadow grass y bent grass correrán a una velocidad de once pies en el stimpmeter. Las calles, por lo general receptivas y amplias, seguirán teniendo en su movida presentación y el rough su principal defensa. En este último aspecto, las copiosas lluvias caídas en el último mes han permitido que la hierba alcance un espesor importante más allá del segundo corte (64 mm), lo que sin duda penalizará las escapadas en un campo que invita a sacar el driver.

Como novedad de este año, el tee de salida del hoyo 7, par 4 de 412 metros, ha sido retrasado cuarenta y tres metros, aunque uno de los mayores atractivos para los aficionados será la vertiente pesquera del recorrido, con sus distintos lagos trufados de enormes carpas, alimentadas exclusivamente a partir de los recortes de la hierba colindante.

Como curiosidad, resaltar que L’Albatros es un habitual dentro de las clasificaciones de las mejores revistas especializadas: cuarto mejor recorrido de Europa (Golf World), en el top 20 de campos europeos (Golf Monthly), tercer mejor European Championship Course (Golf Weekly)…

Clasificaciones del European Tour tras el BMW International Open

En 2010, Miguel Ángel Jiménez cimentó su clasificación para el equipo europeo de la Ryder Cup gracias a una trabajada victoria en el primer hoyo del desempate ante su compatriota Alejandro Cañizares y un italiano Francesco Molinari que unos meses después unía su nombre al del sueco Henrik Stenson como los únicos europeo continentales en adjudicarse un campeonato de las series mundiales de golf, el WGC HSBC Champions de Shanghái.

El golfista malagueño se convertía a sus cuarenta y seis años y ciento ochenta días en el más longevo ganador del Alstom Open de France, y extendía a ocho el número de campeones españoles del Abierto, en clara sintonía con el sabor hispano de la versión tenística del mismo, eso sí, elevada a categoría de Grand Slam: Ángel Miguel (1956), Ramón Sota (1965), Severiano Ballesteros (1977, 1982, 1985, 1986), Pepín Rivero (1987), Miguel Ángel Martín (1992), José María Olazábal (2001), Pablo Larrazábal (2008). Y ya en agosto cerraría su particular triplete de entorchados con su esperado triunfo en el Omega European Masters suizo.

Esta temporada, el nivel de juego de Miguel Ángel Jiménez se mantiene en una irregularidad donde ha sido capaz de alternar un fulgurante inicio con un undécimo puesto en Abu Dhabi, segundo en Bahréin y cuartos de final en el WGC Accenture Match Play Championship, con una primavera de golf plagada de cortes fallados (Open de Andalucía, BMW PGA Championship, Saab Wales Open, The US Open Championship) y una temprana eliminación en Finca Cortesín, con la sola salvedad de un nuevo subcampeonato en el Ballantine’s Championship surcoreano, incapaz de aguantar el ritmo de Lee Westwood, por entonces número uno mundial.

Enfrente tendrá a una lista de entradas donde destacamos a algunos de los mejores jugadores del momento, como el alemán Martin Kaymer (4º OWGR, PGA Championship de 2010) que vuelve al escenario de su millonario doblete de 2009, cuando se impuso consecutivamente en los Abiertos de Francia y Escocia, con más de un millón de euros yendo a parar a su cuenta bancaria, y que en esta primera mitad de año ya colecciona una victoria en Abu Dhabi y dos puestos de honor en campeonatos del Match Play (Accenture, 2º, Volvo, semifinales).

El estadounidense Bubba Watson (12º OWGR) vivirá en Francia su primer torneo regular del Circuito Europeo, experiencia que repetirá en el Nordea Masters sueco, y a los que llega en condición de claro favorito tras un inicio de campaña en el PGA Tour con dos victorias, Farmers Insurance Open y Zurich Classic of New Orleans, y líder de la estadística de greenes alcalzados con un 72,43 % (GIR).

L'Albatros, 2009: Martin Kaymer comienza el asalto al tren del dinero

L'Albatros, 2009: Martin Kaymer comienza el asalto al tren del dinero

Los italianos Francesco (22º) y Edoardo Molinari (35º, The Barclays Scottish Open de 2010) y Matteo Manassero (29º, Maybank Malaysian Open de 2011), y los nórdicos Anders Hansen (43º) y Peter Hanson (41º, Czech Open de 2010), completan, junto al guadiareño Álvaro Quirós (26º, Omega Dubai Desert Classic de 2011) la nómina de nueve integrantes del top 50 del ránking mundial presentes en el Alstom Open de France, lo que permitirá que el ganador se lleve una cifra superior a los cuarenta puntos del OWGR, además de un primer premio de medio millón de euros.

El inglés Robert Rock (BMW Italian Open), el sudafricano Thomas Aiken (Open de España), el belga Nicolas Colsaerts (Volvo China Open), el danés Thomas Björn (Commercialbank Qatar Masters), el indio SSP Chowrasia (Avantha Masters), los norirlandses Darren Clarke (Iberdrola Open) y Michael Hoey (Madeira Islands Open) son los otros triunfadores de esta temporada en el Circuito, junto al francés Raphaël Jacquelin (Sicilian Open) que intentará seguir los pasos de Jean François Remésy en 2004, el primer jugador local en ganar el Abierto en treinta y cinco años, y que en 2005 igualaba a Nick Faldo (1988, 1989) y Severiano Ballesteros (1985, 1986), en un doblete que bien podría emular nuestro Pisha el próximo domingo.

La armada española se nutre de doce representantes, con el barcelonés Pablo Larrazábal recién llegado de su fratricida victoria en el sexto hoyo del desempate ante el borriolense Sergio García, inmejorable carta de presentación para un Abierto de Francia al que llegaba en 2008 procedente de la previa (el Open de France es uno de los pocos torneos que hace honor a su concepto de Abierto y reserva catorce plazas a los ganadores, locales y extranjeros, de las previas, como le ha ocurrido al malagueño Carlos Rodiles en esta edición) y que se terminaría llevando por delante de todo un ocho veces ganador de la Orden de Mérito europea como el escocés Colin Montgomerie.

Pablo Martín (Alfred Dunhill Championship de 2009, 2010), José Manuel Lara (Austria GolfOpen de 2010), Alejandro Cañizares, Ignacio Garrido, Rafael Cabrera Bello (que junto a Jiménez, Quirós, García y Larrazábal forma el repóquer de aspirantes al British Open del Royal St. George’s), Álvaro Velasco, Carlos del Moral y Manuel Quirós llevarán sobre su putter las opciones de victoria en un Alstom Open de France donde se ha borrado el flamante ganador del The US Open Championship, el norirlandés Rory McIlroy, obligado por los numerosos requerimientos mediáticos, sociales y de patrocinadores que lleva asociado su nueva condición de majorista, y se ha confirmado la ausencia del inglés Ian Poulter, que ya el año pasado sentenciaba al torneo tras verse molestado por un fotógrafo en el momento de ejecutar el golpe de ataque a la bandera del 15 y que se marcharía al lago.

Álvaro Quirós ha sido emparejado durante las dos primeras jornadas con Robert Rock y Edoardo Molinari (J 8:10 H10; V 13:10 H1), mientras que Pablo Larrazábal disfrutará del partido estelar con Martin Kaymer y Grégory Bourdy (J 8:20 H10; V 13:20 H1) y Miguel Ángel Jiménez hará lo propio con el bombardero Bubba Watson y Raphaël Jacquelin (J 13:20 H1; V 8:20 H10).

En tenis, golf o ciclismo, Francia es sinónimo de éxitos del deporte español

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