Lo dejó muy claro en su penúltima rueda de prensa en Augusta, cuando aún era posible vestir la ansiada chaqueta verde. «Soy un profesional. Pase lo que pase, me he comprometido y jugaré la semana que viene el torneo del Champions Tour». Y cuando Miguel Ángel Jiménez acude a un torneo no va de paseo… aunque está por ver si no acaba paseándose en un Greater Gwinnett Championship que ha empezado dominando.
A los estadounidenses les maravilla esa combinación de compromiso y profesionalidad con el aire de aparente laxitud y la relajación en sus maneras, y por eso le han dado tratamiento de estrella en su primer torneo en el Champions Tour. Y eso que está rodeado de primeras figuras del circuito que apenas hace una semana deslumbraban también en las pulcras calles de Augusta donde Jiménez fue cuarto.
Para empezar, un 65 en el TPC Sugarloaf, un recorrido que no le fue demasiado propicio cuando le tocó disputar el BellSouth Classic, pero entonces era entonces y ahora es ahora. En aquella época Jiménez llegó a flirtear con el PGA Tour y salió escaldado; en estos tiempos, Jiménez suma victorias y bate récords. De momento, cinco birdies y un eagle en un comienzo inmejorable.
«¿Qué quieres que diga? Acabo de hacer siete menos y lidero el torneo. Me encanta», respondía Jiménez cuando le preguntaban si le gustaba el Champions Tour. «Cuando veo a gente que llevaba 14 o 15 años sin ver, me doy cuenta de lo que hemos envejecido. Aunque no solo somos más viejos; también hemos madurados y tenemos más experiencia».
En unos greens que algunos comparan con los de Augusta y pese a la lluvia y el frío en el campo de Georgia, Jiménez empezó con 30 golpes en los primeros nueve hoyos (en la segunda mitad del campo) para luego añadir un birdie más. Por detrás, el campeón defensor Bernhard Langer, Steve Pate y Kenny Perry lo siguen a tres golpes, mientras que Fred Couples, que ocupó durante gran parte de la vuelta la segunda plaza, tropezaba en el hoyo final y terminaba con 69 junto a Jeff Sluman.
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