Vuelta trabada para Miguel Ángel Jiménez y Álvaro Quirós en la tercera jornada de la Copa del Mundo, con birdies arrancados a regañadientes al recorrido Blackstone de Mission Hills e incluso un bogey extraño en una modalidad tan favorable como los fourballs.
El equipo español, duodécimo con -4 en el día, un inicio lento y un intento de reacción final con birdies al 15 y al 16, queda a siete golpes de los líderes, un equipo irlandés que reafirma su condición de favorito y con -21 saca dos golpes a un triplete de lujo compuesto por Alemania, Sudáfrica y Estados Unidos.
Aunque esta competición tiene poco que ver con el desarrollo de un torneo stroke-play, la tercera jornada sí ha sido la típica jornada del movimiento, con ofensivas desencadenadas desde varios frentes y diferencias casi definitivas de cara a la vuelta final de foursomes.
En cabeza, los Macs irlandeses han controlado a sus rivales directos, un equipo australiano que ha conseguido reengancharse al torneo con un par de birdies al final del día, a la vez que observaban la ofensiva de tres de los grandes, Alemania, Sudáfrica y Estados Unidos, comandados por el gran juego de Kaymer, Schwartzel y un Gary Woodland estelar. Basta con echar un leve vistazo al pedigrí de los tres combinados de cabeza para entender su condición de favoritos, ya que acumulan cinco de los últimos ocho majors de 2010 y 2011.
Algo más retrasados encontramos a un equipo holandés llevado en volandas por un Joost Luiten en estado de gracia y a los defensores del título, los hermanos Molinari, que comparten séptima plaza con el aguerrido conjunto mexicano compuesto por el Camarón Rodríguez y Óscar Serna.
Dadas las circunstancias, a los españoles solo les queda salir a por todas en la jornada final de foursomes, con la referencia del -10 que Ángel Cabrera y Ricardo González consiguieron en Vilamoura en 2005 en esta modalidad… aunque el Blackstone Course solo se “dejó hacer” un lejano -4 el viernes, en la primera vuelta de foursomes.
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